Aquellos que dicen que algo no puede hacerse suelen ser interrumpidos por otros que lo están haciendo... Joel A. Barker
Este blog es el órgano de difusión de las actividades desarrolladas por los agentes dinamizadores, así como de la visión que estos pudieran tener de la experiencia que supone serlo. En este último sentido, cualquier opinión expresada se hace a título exclusivamente personal y, por lo tanto, tan solo representa a quien la expresa.

lunes, 18 de junio de 2012

DE MADRE CORAJE O CÓMO VIVIR EN UN MUNDO SIN FRONTERAS


Rubén, el autor, en Madre Coraje
¿Habéis tenido la sensación alguna vez de entrar en un lugar y no sentiros extraños?, ¿sentiros realmente a gusto y dentro de un ambiente acogedor?

En el momento que nos abrieron las puertas, no tuvimos la sensación de estar en un lugar extraño. La comodidad y la sensación del bienestar nos embargó desde el primer momento. Ayudó que las miradas de los voluntarios y trabajadores no fueran de extrañeza o de intentar delimitar el territorio. El ambiente era acogedor, aunque estuviéramos rodeados de sacos y sacos de ropa, miles de libros, cientos de juguetes y más, si cabe, de cajas de medicamentos. El escenario donde Fernando nos deleitó con una maravillosa charla, es un tablado de esperanza. Un vórtice de serenidad. Así empezamos nuestra experiencia en “Madre Coraje”.

La atmósfera que rodeaba la charla no podía ser más transparente; Fernando hizo todo lo posible – y lo consiguió – de responder a nuestras preguntas más afiladas, pero siempre con educación y la curiosidad que propone estos encuentros. Cada vez que daba un dato, nuestras mentes estaban más abiertas a esta Asociación. Demostraba paso a paso nuestra incertidumbre sobre cómo se financiaban y dónde distribuían su “riqueza”. Paso a paso nos enseñó qué hacían con los materiales que llegaban a sus manos. Nos hizo saber que no éramos especiales en este sentido, puesto que cualquier persona que se pasara por allí podría conocer, de primera mano, lo que nos estaba explicando. Aunque sólo entregara una bolsa de ropa. La asociación está totalmente abierta a la información. Por eso, no quiero plasmarlo por aquí y que seáis vosotros mismos los que descubráis ese mundo. Dónde va la ropa, cuál se recicla. Qué hacen con los zapatos, con los juguetes, con los medicamentos, con las pilas, con los objetos electrónicos.

Entramos en otra nave contigua y observamos que no hay dos sillas iguales, dos mesas del mismo color, tableros de diferente tamaños. Todo es reutilizable. Palabra que tienen como premisa de la Asociación. Nos encontramos con una farmacéutica, un médico, unas universitarias. Todos voluntarios, es más, Ana nos explica que también hay un gran número de parados como voluntarios. Impresionante.

De repente, Fernando me dio una caja de medicamentos que estábamos catalogando. Tenía veinte pastillas y me dice, así aprendí a saber cuánto son cinco mil kilos de medicamentos. Una verdadera pluma es lo que tenía en la mano. Intenté imaginarme lo que podía ocupar cinco mil kilos de estas cajitas y lo que se podía hacer con tal cantidad. Hacedlo vosotros, coged una caja de cualquier medicamento e imaginaros lo que son cinco mil kilos de eso. Cantidad que mandan anualmente a Perú. Este es un trabajo de empatía. Es imposible creer que se puede vivir de otra manera, es una vida empática, puesto que es una labor donde no conoces a tu benefactor. La fe sobre la que pesa esta ayuda es tremenda. Aunque la asociación tiene bien atado a quién van las ayudas, hasta con auditorias externas, no deja de ser un trabajo asociado a la voluntad de ayudar. A intentar hacer un mundo sin fronteras. Mandan su ayuda donde mejor pueden comprender tales acciones. ¿Creemos que en nuestra región necesitamos la ayuda que ellos realizan en Perú? ¿Creemos que no ayudan a nuestra región? Pues ellos tienen a once trabajadores laborales, comercian con negocios locales y por eso económicamente realizan la acción necesaria en nuestra región, para así poder hacer llegar la necesaria en otras regiones. Por eso una de las preguntas que le hicimos fue que cuánto llegaba a Perú por cada euro. Por cada euro que entra en esta nave, llegan a
Perú trece; esta fue la respuesta de Fernando. Silencio de admiración en la nave.

Me gustaría poder imaginar cómo llegan a sus casa esos trabajadores y voluntarios (más de ciento cincuenta, pero hacen falta más, ¿eh?) cómo descansan su conciencia y su espíritu y las comparo con las llegadas de los dictadores, banqueros y empresarios sin escrúpulos, que por desgracia, los hay. Intento imaginar la diferente sonrisa con la que abren la puerta de su casa. Me imagino la jornada laboral de cada uno de ellos. Intento comprender cómo pueden estar tan entregados a un trabajo abstracto, donde no caben medallas, ni distinciones, ni premios al mejor trabajador del mes y compararlos con los antes mencionados. Intento comprender cuánto nos puede costar llegar a cada uno de nosotros tener ese sentido de empatía y esperanza. Intento imaginarme hacer de “Madre Coraje” una forma de vida. Intento comprender cómo una persona puede dejarlo todo, para estar volcado con este proyecto. Como, ya me dijo Fernando, en nuestra asociación no existen las fronteras, por eso la palabra más importante dentro de “Madre Coraje” es EMPATÍA.


Por Rubén González, con motivo de la visita de los ADN a Madre Coraje








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